jueves, 4 de agosto de 2011

Sansón.


El hombre fuerte. El hombre invencible. El irrompible. El indomable. El del cabello largo. El hombre. Mi hombre.

Mi nombre: Dalila. Tan delicada como la flor. Tan clara como su color. Sembrada en los brazos de Sansón.

Plantada en su sombra hacia la eternidad. Alimentándome de sus rayos de sol, aquellos rizos tornasol; aquel cabello largo que le otorga aquella fuerza y esplendor. Dalila, la amada de Sansón.

Vence a millones con un solo puño y a mí me vence con un solo beso.

Fuerte ante todos. Débil ante nadie. Así es Sansón, mi amor, mi perdición.

Tan sólo un segundo quisiera verlo vulnerable, así podría amarle sin miedo a derrumbarme. Sin miedo a que de un golpe me destroce el corazón. ¿Cuál es tu debilidad, Sansón?

Prometo guardar tu secreto. Sólo quiero cuidarte y hacerte mio por completo.

No tienes que hacer de Hércules frente a mí si no hay nadie más alrededor. Nadie es tan fuerte en el interior. Nada debe ser más fuerte que nuestro amor.

Quítate esa armadura, mi hombre inmortal, que con ella mis raíces no te pueden atrapar.

No tengas miedo, mi Sansón, te aseguró que no habrán cuerdas, ni agua, ni alguna treta gigante, porque mi miedo a perderte es mucho más grande.

Quiero ver ese lado vulnerable de aquel hombre gigante.

No temas, mi Sansón, sólo quiero sentirme igual de fuerte que tú. Quiero que sientas que ahora yo soy la gigante; la que te protege a cada instante. La que de un golpe puede derrumbar los muros de tu corazón.

Toma mi cabello, mis pétalos y mi aroma si lo deseas, porque más fuerte que tú jamás podré ser. Por ello necesito saber que tan débil puedes ser.

Entrégame tu aroma, tus rayos de sol y esos rizos tornasol, mi amado Sansón, porque si alguna de ellas interrumpe nuestro amor, te aseguro que con estas tijeras las cortaré sin temor.

Y no habrá nadie más alrededor. No habrá nadie que interrumpa este amor de dos débiles con corazones de león.

Hazlo, mi Sansón.

Y así tal vez los libros de historia, y la Biblia, no se olviden de nosotros.


jueves, 28 de julio de 2011

Fascinante.


Tan grande es mi ego que no puedo aceptar no haber dejado huella en alguien, o al menos una buena.

Lo peor fue lo fácil que llegue a saberlo. Es que las casualidades no dejan de surgir. Era inevitable.

Abrí tus piernas y así se quedaron para todo aquel que quisiera posarse en ellas. Para todo aquel que quisiera mirarlas. Para todo aquel.

No era lo que quería para ti. Para nadie.

Es la maldición de tu carita sonriente. Es la maldición de mi ego.

La maldición de lo fascinante.

De todos a los que he dejado atrás, tú has sido el peor. ¿Marqué o no marqué tu frente? Ahí es donde quería dejar huella, porque en otros lugares estoy seguro que alguna dejé.

Quería que mostraras tu cicatriz con algo de orgullo, no con pena, ni esconderla, que sólo la vieras con un poco de melancolía. Con un poco de tristeza.

Abrí tus piernas y no colocaste candado alguno nunca más.

Colocaste más ventanas para quien quiera mirar.

Lo único que ahora veo son tus piernas abiertas y veo hacia tus adentros. No hay nada más que deseos ardiendo. Tan efímeros como aquella promesa.

No hay nada más.

Nada más que mi ego ofendido.

Nada más que un leve suspiro.

Ahora sólo sé de tus piernas y luego nunca supe más.

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"Quiero que aprendas a poder valorar que te faltó muy poco para ser estelar"
Panda - Fascinante.

jueves, 30 de junio de 2011

Eres genial.

Y yo te maté.

Sientes que no tienes vida, pero es sólo por ahora. Sientes que yo te la arrebaté. Te sientes confundido en un lugar que no es ni el cielo, y mucho menos la tierra.

En la forma más simbólica posible, yo te maté.

Y no sabes cuanto me arrepiento.

Guardo una parte de ti, un recuerdo en especial, como un tesoro. No como el premio de mi crimen, porque de nada de eso estoy orgulloso. Te sigo guardando aquel recuerdo especial de lo genial que eres.

Ahora seguimos nuestros caminos, porque alguien más ha deseado por nosotros una vida larga y feliz.

lunes, 6 de junio de 2011

Borrador.

Esto estaba escondido en mis borradores. No sé cuanto tiempo tenía ahí, parecía de años, no sé.

Recuerdo esto, pero no del todo. Igual es hermoso y merece estar aquí, como recuerdo o algo más.
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-Cada vez más enamorado de ti...

-Cada vez más bello. Cada vez me pierdo más en tus ojos.

-En tu voz.

-Y espero hacerlo pronto en tus brazos...

-Cada vez necesitando más de ti y disfrutando más de ti. Que me permitas hacerlo y tratarte con todo el cariño que te tengo guardado. Y que sea inolvidable...

-Y será inolvidable. Y así como todo se dio en este juego del destino. Así como tú eres de perfecto.

-Como tú eres de hermoso, de sensual, de tanta originalidad y madurez atrapada en el cuerpo de un ángel. Que no se puede acabar de un sol a otro, no, porque nos une un vínculo que se endurece con el tiempo, a cada minuto y cada segundo.

-Si no que se mantendrá allí por eternas lunas hasta el final... ¡Juntos hasta el hermoso final!

-Hasta el final que espero nunca llegue.

-No para nuestro amor, aunque así sea para nuestras vidas, si no que me gusta pensar que se me vaya ella primero, a que te me vayas tú, no... te vas tú y te llevas mi vida. Así que no, nadie se irá.

-Quiero que me sigas haciendo escribir todas estas cosas locas que mis dedos escriben como magia pura.

-Quiero que me sigas haciendo sentir estos escalofrios que tanto me calentan el corazón.

-Que permanezcamos juntos, aqui, allá, donde sea, pero juntos.

-Sin rumbo... pero juntos.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Me masturbé frente a tus libros.


Hice que su tapadura sintiera la suave pasión de mi lujuria.

Hice que cada una de sus letras escribieran mis pensamientos.

Hice que sus hojas transpiraran como las ramas de árbol que alguna vez fueron.

Hice que mi calor borrara cada huella de tus dedos puestos en el.

Hice que sus esquinas doblaran tal cual lo hacia mi cuerpo.

Y así llegué al final en la página 277.

....

Luego, en aquel limbo, y justamente como si leyera un pie de página, caí en cuenta, de que en realidad te amaba.

lunes, 23 de mayo de 2011

Copycat

Probablemente algunas letras nuevas se parezcan a las anteriores, pero es sólo porque estaban guardadas en mi cabeza desde hace meses y no tenía el tiempo necesario para enmarcarlas acá.

Ahora que tengo el tiempo necesario podré sacarlas de mi cabeza de una vez por todas.

sábado, 21 de mayo de 2011

Madera a flote.


-¿Y ahora qué hacemos?

-Así se queda.

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Y ahí quedó. Así se quedó.

Todo un aserradero en la habitación. A la mitad cada cosa y sin instrucciones para terminarlas. Y no es que no existan los materias, porque ellos ocupan todo en esta habitación, pero un solo hombre no puede con este trabajo.

¿A Dónde fuiste? ¿Por qué huiste? ¿Te cansaste de intentar construir algo a lo que no le veías final? ¿Qué pasará? ¿Ahora quién escribirá en tus libros favoritos? No dejaste ni un número como pista para llegar a ti en el final.

Dejamos tanto trabajo a la mitad, en lo que sería nuestro hogar: una pequeña habitación en cada esquina de nuestras lloviznas, de nuestro sudor, nuestros juegos, de nuestras lunas, de nuestras sonrisas, de nuestras miradas, de nuestras noches, de nuestra saliva, de nuestros nudillos, de nuestras caminatas, de nuestra lujuria, de todo. Me dejaste como madera a flote; como si fuera otra silla a la mitad en esta habitación.

Yo sé que dije que tus piernas eran mi hogar, y que a donde caminaras me ibas a arrastras, pero hiciste alguna magia para despegarme de ellas sin que pudiera darme cuenta.

He tratado de tallar esta madera, pero sólo quedan pedazos inútiles. Estatuas amorfas de tu presencia. Astillas en mi memoria que aún no logro sacar. No puedo dormir en una cama a la mitad. Este insomnio tiene tu nombre y mis ojeras tus dos apellidos.

Mi saliva tiene tu sabor. Mis recuerdos tienen tu saliva.

Me baño en aserrín cada noche, preparándome por si regresas. Nada ocurre. En mis intentos para dormir siento tu sobra plantada en la puerta, esperando respuestas, taladrando preguntas, y comiéndome la nostalgia, que de ella me sobra mucho. La alimento para que se quede y vengas a buscarla.

Nunca quise dejar un proyecto a la mitad, porque lo que nunca se culmina, termina cayéndonos encima, mucho más adelante. Tú te alejaste lo suficiente para que ni la brisa del impacto te rose.

Intenté re acomodar todo para dar un nuevo aire y espacio a cualquier cosa que cayera cerca, pero nada cambiaba esa sensación incomoda e inconclusa.

Mantuve algo de mi inocencia, y todo aquello que te gustaba, que nunca dijiste, pero en tus ojos notaba. Sentí que te alejaste más, pero imaginé tus nudillos rozando mis piernas y me sentí como un idiota, porque me quedé esperando tus dedos enredados en los míos y demás.

Las termitas no logran consumir toda tu indiferencia.

Ni madera blanda, ni dura, ni caoba, ni roble, ni olivo, ni nada te hace volver. Por más que lije esas diferencias y aquellas tonterías que te molestaban, huiste por esa ventana que está a la mitad. Gracias a ella muero de frío todo el tiempo y con todo te llevaste mis sabanas: Tus brazos; con tu pecho como almohada.

Hoy decido irme sin limpiar nada y sin voltear atrás, porque sin sueños no puedo comer y debe haber alguna otra habitación en la cual el retrato de mi corazón colgar y así poder llamarle mi hogar, ya que tus piernas no están.

Pero no me pienso ir sin dejar algo concreto al menos, porque yo puedo perder batallas, pero nunca una guerra contra mi terquedad.

Trabajaré en este tronco, sobre el cual lloraste, y esculpiré tu monumento, y lo dejaré como una señal por si alguien se acerca a preguntar por qué todo se quedó a la mitad.

No hay amor que inspire más que aquel que se deja a la mitad.

Necesito verte una vez más y terminar este monumento, para así abandonar esta habitación inconclusa, y luego sin mirar atrás, no regresaré nunca más.

martes, 1 de marzo de 2011

Retazos de historias inconclusas.

"Ni las fotografías de los malos cortes de cabello quedaron".

"Así mismo te anuncio el predecible final de aquello. No rabieta. No disgustos. No decepción".

"No soy un poeta o pintor, para mis adentros soy el más grande mi época, pero para el resto del mundo soy otro tonto muchacho enamorado".

"Era sólo un niño escondiéndose detrás de una barba precoz, al igual que yo, a excepción que la mía no llegó antes de tiempo".

"Y cuando cumplí los 2o fue que caí en cuenta de mi verdadera edad, no era por la cifra en sí, si no por los acontecimientos previos al 11 de Agosto. Había dejado tantas cosas atrás de un golpe".

"Ese es el problema con Saturno", me dijiste. "Tiene tantas Lunas y no una sola, única, como la Tierra. Tú eres más de la Tierra: hecho para una. Seguro disfrutarías con las mil Lunas de Saturno, pero no, no, eres de una. Yo sí soy más de Saturno y sus mil Lunas...".
En ese entonces no entendía lo que quería decirme.

"Que los tiempos cambian, las necesidades cambian". Le dije que no me viniera con excusas, ya estaba harto de ellas. Él es el que ha cambiado y yo no estoy dentro de ese karma suyo porque le soy algún tipo de peso. "El amor también tiene que cambiar". ¿Qué tiene que cambiar? El amor es amor, se sienta como se sienta.
Me miró con cara de pena y luego volteó la mirada.

"Tu forma de escribir es egoísta", me dijo.
Lo sé.
"Escribes sólo para que tú entiendas, yo no puedo leer eso".
¿Para qué lo quieres leer?
"¡Quiero saber que escribes! ¿¡Por qué no puedo leerlo?!!
¡Porque estas letras son lo que me quedan! Tú te puedes ir en cualquier momento...

"Si tantos problemas tengo, sí tan diferente somos, si tanto detestas mis ideas, ¿por qué estás conmigo?"
Porque estoy enamorado de ti.
Me miró a los ojos
¿Por qué tú estás conmigo? -Le pregunté.
"Porque estás enamorado de mí".
Esa respuesta me bastó: fue como un tragaluz para mi ceguera.

Cuando dormimos, inconscientemente, buscamos compañía. "Por eso duermes tan mal", me dijo. Es que cuando hace frío es peor: busco calor. También se me va la cabeza de lado en mis siestas de autobús por eso mismo. Lo hice reír y luego me dio un beso muy dulce... Aún no puedo quitarme el sabor.

"En esta vida sólo quiero la Luna, pero sólo me encuentro con estrellas fugaces".

"Me devolviste aquel amor que perdí cuando creía que lo tenía todo. Fue el único amor que me diste: uno que ya conocía".

"No me hables de Siempres y de Nuncas, porque bastante de esas palabras me han prometido y ninguna se ha cumplido".

Hay veces que quisiera disculparme con el pasado. Pedir perdón por todo lo malo, le dije, sin pensarlo.
"¿Crees en el Karma?", respondió. Era justo lo que esperaba.
Sí. Tarde o temprano vendrá y no estaré listo, lo sé.
Saboreó el aire y dijo: "Bueno, prepárate. Debemos estar listos. Yo haré lo mismo".

"Hay que luchar contra eso, contra este dragón. No dejemos que gane esta batalla". Ese era tu himno y no lo seguí al piel de la letra. Ahora estoy atrapado en la torre más alta, como me dijiste que sucedería.

"Necesitamos a ese alguien que nos salve de nosotros mismos".
Eso funciona para la gente que no se quiere lo suficiente -Respondí.
"Y para la que se quiere de sobra", me dijiste. Siempre llevándome la contraria. Y eso me encantaba.

"Regresaste mucho después de que quemé el colchón en donde nunca hicimos el amor. Eras otro, ni la risa te salía igual. Ya no sabía como hacerte reír y eso me frustraba, pero yo también era otro".

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Perdón. No sabré jamás como hacer que me perdones aquella niñería. Lo pagué todo luego y aún sigo pagando. No tenía idea. Perdon.

Me molestó aquello y las 2 mentiras que dijiste. No era la manera. Yo entendía, pero no era la manera. Hay momentos en que extraño las tonterías, pero no puedo volver atrás.

Todavía sigo esperando que el rencor pase. Una disculpa, sólo espero eso. Fuimos tanto, para al final no ser nada en realidad. La balanza se fue a un solo lado. Nada de A en la S.

Adiós. Muchas cosas las hice sin mala intención.

Por favor. Acercalo. No quiero pensar en el mañana y quedarme dudando.

Basta.

viernes, 14 de enero de 2011

Admítelo.

Admite, al menos una sola vez, que sólo fui inspiración para ti.