lunes, 26 de febrero de 2007

Días inolvidables.


Fueron días inolvidables. En especial aquel donde hice que tu sangre corriera por todo mi cuerpo. Tus lágrimas se fundieron en mis ojos, y el cuchillo en mi mano, se hizo uno con tu corazón.

El sudor en mi rostro se hacia mas obvio cada momento que llegaba a mi dulce hogar, y observaba la puerta del closet. Fueron días inolvidables de verdad. No se me borra de la mente, tus ojos rogando misericordia, y tus labios vociferando perdón.

Ahora que no estas a mi lado, extraño tus abrazos, tus besos, tu dulce voz, tus gritos, las peleas, y cuando me fuiste infiel a la piel. Por eso serán, y fueron, días inolvidables.

Memorias del polvo.


Claudia tenía a su mejor, y única amiga Gabriela. Siempre estaban juntas en todo momento, ocasión, junta familiar, etc. Claudia tenía unos padres con mucho dinero, y como toda niña con dinero, era presumida y pretenciosa. Los novios tampoco le faltaban a esta muchacha, ella tenía muchos pretendientes, pero todos por la misma razón, el dinero.

Un día, ella encontró al muchacho perfecto, alguien que no la quería por su dinero, si no por su forma de ser. Se enamoro perdidamente del chico sin importarle nada.

Este chico, como los demás, si resulto quererla por su dinero. Claudia resulto muy herida por todo eso, necesitaba a Gabriela mas que nunca, para desahogar sus penas. La llamo y Gabriela dijo:

-Ehhh…estoy muy ocupada ahorita con algo de mi mama, mañana hablamos ¿Esta bien?

-Esta bien…- Respondió Claudia, algo decepcionada.

Pasaron los días, Claudia llamaba y llamaba, y Gabriela siempre le contestaba con las mismas respuesta “Estoy ocupada”, “No puedo”, “Tengo la regla” o cualquier excusa, con tal de no ir. A Claudia le parecía muy extraño todo eso, pero le continúo creyendo a Gabriela. Ya cuando Claudia se recupero de su crisis, llamo a Gabriela para ir a la parcela de su padre, y ella respondió:

-¡Claro! Me encantaría, ahora mismo me cambio.

En el liceo, Claudia fue a saludar a Gabriela como todos los días. Gabriela estaba hablando, y riendo con un grupo de muchachas que odiaban a Claudia por envidia, a causa de todo lo que ella tenía. Claudia le grita de lejos para no tener que verles la cara a todas esas odiosas chicas.

-¡Heyyy, Gabriela!

Gabriela la mira y les dice a las otras chicas:

-Ya vuelvo.

Gabriela se acerca, y Claudia le pregunta:

-¿Que rayos hacías con esas vampiras chupa sangre?

-¿Qué?, ¿No puedo andas con nuevas amigas?

A eso Claudia le responde:

-Si, pero ellas no, ellas me odian.

-¿Y? yo no te odio, no significa nada que me la pase un rato con ella. Si de verdad eres mi amiga, deberías dejarme socializarme un poco mas, ¿No crees?

-Si…tienes razón, discúlpame.

-No te preocupes. Anda, vamos a comer, ¡tu brindas!:- dice Gabriela

-Jajaja, ok esta bien:- le responde Claudia.

Unos pocos días después, Claudia esta aburrida en su casa, como siempre, así que decide llamar a Gabriela para poder salir a cine.

-No puedo, estoy limpiando mi cuarto, mi mama me mando.

En eso, Claudia escuchas unas voces y le pregunta:

-¿Estas con alguien allí?

-No…no, no. Estoy yo sola, ¿Por qué?:-Le responde Gabriela algo preocupada

-Ah, no por nada. Bueno chao, nos vemos.

-Ok, adiós.

Claudia no se iba a quedar con esa duda, así que agarro sus macundales y fue lo más rápido que pudo a casa de Gabriela.

-Hola señor Gabriel, ¿Esta Gabriela en casa?

El papa de Gabriela le responde:

-Si mi amor, esta en su cuarto, sube.

Claudia, sube las escaleras muy despacio para no hacer ruido. De repente escuchas unas risas, ella muy cautelosa se coloca detrás de la puerta de la habitación para escuchar lo que hablan dentro. Una voz muy familiar dice:

-Jajaja, ¿Claudia? Si, es una presumida, y muy tonta, jajaja.

otra voz que Claudia no reconocía insito a la primer:

-Jajajaja, seguro, y en la clase de educación física, ¿La viste? Parecía una retrasada corriendo.

Con un hueco en el corazón, rabia e impotencia, Claudia escucha la voz de quien fue su compañera de por vida.

-Jajajajaja, ni me lo digan, pero tiene que verla cuando va a la parcela de su padre ella dice: Este caballo me lo trajo mi papi de allá, y este otro de por acá. Es una tonta presumida y….

Antes de que Gabriela pudiera continuar su injuria hacia Claudia, una lagrima toco la puerta. Era Claudia, sollozando palabras mientras se marchitaba por sus ojos.

-Creí, que eras mi amiga, ¡Mi hermana! ¿Cómo pudiste hacerme esto?

Gabriela, con un tono de voz fuerte y una mirada que cortaba el aire le responde:

-¿Cómo? ¡¿Cómo?! ¿Tú crees que alguien te puede soportar a ti? Eres tonta, pretenciosa, ridícula y en especial retrasada

Con mas lagrimas en los ojos, Claudia trata de defenderse:

-Pero...com…

Gabriela la interrumpe.

-Pero, como nada, y ¿sabes una cosa?, Te trate solo por interés, solo iba contigo a lugares donde me pagaras todos para así poder divertirme los días en que estaba aburrida. Ah, y otra cosa, el muchacho del cual te enamoraste y te quería por tu dinero, ahora es mi novio y lo tengo a mis pies, no como tú, que no conseguirás a nadie nunca. Eres una boba con dinero en vez de cerebro.

Las demás chicas empezaron a reír a carcajadas mientras Claudia las observaba con los ojos mas empañados que nunca:

-Gracias, por fingir que eras mi amiga:- sollozo Claudia como pudo, ya que el nudo en su garganta no la dejaba hablar.

Salio corriendo de casa de Gabriela lo más rápido que pudo, mientras sentía más risas burlonas detrás de ella. Llego a su casa, subió a su cuarto corriendo y cerro la puerta de un golpe. Su madre preocupada toca la puerta y le dice:

-Claudia, hija ¿estas bien?

Claudia le respondió como pudo:

-Si mama….estoy bien, no es nada. Podrías dejarme sola…por favor.

-Ok hija, esta bien, como quieras.

Horas mas tarde, La madre de Claudia le lleva una bandeja de comida y toca la puerta con cautela y dice:

-Claudia, hija, te traigo la cena ¿Ya puedo pasar?

nadie responde.

-Claudia, hija, ¿Te encuentras bien?

Lo único que podía oír la mama de Claudia, era el sonido de la brisa a través de las ventanas.

-Voy a entrar.

La madre abre la puerta. Platos rotos, jugos derramados y un grito seco que rompió el silencio de la noche. En la habitación estaba Claudia, sentada alrededor de su cama. Estaba llorando, pero no emergían lágrimas de sus ojos, pero de sus muñecas si brotaba un liquido parecido al dolor, un liquido rojo, del por el cual se observaba como escapaban sus penas. Al lado de unas tijeras llenas del lagrimas y dolor, se encontraba una pequeña hoja de papel escrita con lagrimas que decía:

“Ya no quiero vivir la mentira que es mi vida, gracias por todo. Los amo. Claudia.”

domingo, 25 de febrero de 2007

Desconocido.


Tengo apenas unos 8 años de vida. Mi mamá y mi papá me moldearon para ser un hombre de bien. Me dieron una buena educación, me enseñaron buenos valores, y cosas que se deben, y no se deben hacer. Siempre me decían que no le abriera la puerta a extraños, o aceptaras cosas de un desconocido. Un día, papá me hizo una prueba, yo estaba solo en la casa, el se hizo pasar por otra persona, y toco la puerta. Yo le abrí, porque sentía que no era un extraño. El me dijo que mas nunca volviera a hacer algo así, y así fue.


Mamá es ama de casa y papá trabaja en una empresa, aunque, hay veces en que llega mas tarde de lo normal. Pero a pesar de todo, papá siempre ha sido mi modelo a seguir, nunca lo he visto fallar en nada.


Hoy papá llego algo asustado, y con un bolso que parecía pesado. No le preste atención, creo que es algo de su trabajo.


Esta vez no hay nadie en casa, mamá fue al mercado y papá esta trabajando. Alguien toca a la puerta, Es papá, esta con ese extraño bolso de nuevo. Le abro…me dice que lo acompañe a hacer un pequeño favor. El auto de papá huele extraño.


Llegamos a uno de los lugares, lo cuales papá me decía que nunca debía entrar. Me dice que espere en el auto, y que no le debo de abrir a ningún desconocido. Papi esta hablando con un hombre muy extraño…parece que se están intercambiando algo que parece dinero. ¡No puede ser! ¡Papá le ha disparado al señor! Creo que el hombre lo hizo enojar. Ahora papá viene hacia el auto...dice que le abra la puerta, pero no lo haré…siempre me han dicho que no le abra la puerta a desconocidos.

Una vieja amiga.


"El viejo de las mil botellas". Así le decían a Alberto. El tiempo le dio canas a su cabello y arrugas a su frente. El licor trajo muchos problemas su vida. Ya no tenia hogar…El licor lo alejo de el, y lo acerco a ella. Ya no tenía familia gracias a la bebida, y ahora solo le quedaba ella. Ya no tenia trabajo. Nadie quería a un alcohólico, solo ella lo quería. Su única fuente de ingreso, era recoger monedas de la vieja fuente de la plaza, su amiga siempre lo acompañaba en todo momento. Todos sus hurtos de deseos, los gastaba en su fuente de vida, la bebida; Era lo único que lo mantenía despierto, ya que no podía dormir, porque su amiga no se lo permitía. El tiempo volvió por el. Pero esta vez, ya no pondría canas en su cabello y tampoco arrugas en su frente.



Se dice que lo más triste de todo, es que su mejor y única amiga, fue la que lloro su partida de este mundo, la única que sintió el dolor de su muerte en su funeral. Ella no lo iba a abandonar, por el contrario, allí se quedaría; no lo dejaría, y menos en la muerte. Nadie supo el nombre de su curiosa y misteriosa amiga. Pero a mi me gustaba llamarla soledad.

Entre sueños.


"De la tierra eres, a la tierra iras…Que cruel destino, una mujer tan bella y joven, esposa y madre de 2 hijos. Muerta por el veneno que corre por sus venas. Que descanses en paz." Eso es todo lo que Omar recuerda de aquel día. Desde que su madre murió, no ha podido dormir bien. Siempre se despierta en medio de la noche. Su padre, un hombre trabajador y su hermano, recién graduado de ingeniero, todavía extrañan a esa mujer que con su alegría convertía todo lo malo en luz. En su hogar todavía se siente el vació restante en aquella mecedora; que ahora solo se moverá por el viento. Pero como todo en la vida continua, ellos hacen lo mismo.


Las semanas pasaron. Decidieron irse de vacaciones. Omar aun no puede dormir adecuadamente, tal vez este viaje le haga bien. Un largo viaje en auto, hasta llegar a la playa más hermosa que pudieron encontrar. Permanecieron allí unas 2 semanas. La diversión no falto, de esa forma pudieron olvidarse de todo. Ya el agotamiento se notaba en sus rostros, pero en el de Omar se notaba mas, ya que tampoco logro conciliar el sueño.


Camino al hogar, Omar estaba como un muerto viviente, sentía que sus ojos no podrían aguantar otro momento abiertos. Un parpadeo lento fue la señal para que Morfeo lo arropara con su manto. Ya casi esta listo…un parpadeo mas…todo se volvió negro.


Despertó. No sabia cuanto tiempo había pasado, ni donde se encontraba.


-¿Donde estoy?- Se dijo para si mismo.


-En un hospital- Le respondió su hermano mayor, que se encontraba en una cama cercana a la de el.


-¿Qué paso?, ¿Qué hacemos aquí?, ¿Y papá?


-Cuando te dormiste; comenzaste a hablar entre sueños, y contaste como le envenenaste la comida a mamá, solamente porque no te dejo ir a aquella fiesta…Papá escucho, entro en shock, y chocamos.


-¿¡Papá!? ¿¡Donde esta!?


-Papá esta muerto…los mataste a los dos...

Bailando para ti.


Ella trabaja en un prostíbulo. Le decían estrellita, ya que todos los hombres, siempre la deseaban para una noche de placer. El solo la observaba bailar, nunca pagaba por tener una noche con ella; su amor no podía ser solo de una noche, el la quería para toda su vida. Una noche, ella bailaba, el la observaba muy cerca del escenario, sintió que por una fracción de segundo ella lo miraba. Estrellita siempre les preguntaba a sus compañeras sobre quien era aquel chico que solo la observaba, pero nadie supo contestarle. El pensaba que ella tenía la mejor vida, porque todos la deseaban, y ella solo bailaba. Ella pensaba que el tenia la mejor vida, ya que el solo se quedaba a observa, mientras ella bailaba para el. Una día, el no pudo aguantar su afán de tocar los labios de estrellita, así que decidió pagar por estar una noche con ella.


Al estar en la habitación, ella le bailaba muy suavemente sobre sus muslos. El llegaba al éxtasis mientras la observaba. El no pudo aguantar, comenzó a tocarla, besarla, acariciarla y finalmente la llevo a la cama. Cuando termino su noche de placer, el se sentía en el cielo, no podía faltarle nada mas. Pero, con una navaja que tenia en el bolsillo delantero, le rasgo la garganta. Después de esa noche, el no podría aguantar que otro hombre la hiciera suya, así que por eso, hizo lo que hizo. El la mato físicamente nada más, porque ella ya estaba muerta por dentro.

Mi Roberta.


A mi Roberta le encantaba la vida. Mi Roberta disfrutaba los placeres adictivos, era amanten del cigarrillo. Mi Roberta siempre desprendía un humo exótico. Mi Roberta siempre olía a adición. Mi Roberta era una fuerte trabajadora. Mi Roberta era muy callada. Mi Roberta nunca mentía, te ocultaba la verdad. Mi Roberta vestía de negro, era su color favorito. Mi Roberta siempre cargaba un cigarro en su boca. A mi Roberta le gustaba viajar. A mi Roberta le encantaba la compañía de los ceniceros. Mi Roberta era extraordinaria. Mi Roberta dormida entre la niebla de la soledad, era bella. Mi Roberta se sentaba en su balcón todas las mañanas para ver el nuevo sol. Mi Roberta siempre desaparecía una hora, y volvía. Mi Roberta murió, al parecer de un cáncer de pulmón. Me gustaría pensar que murió haciendo lo que mas disfrutaba, pero ella solo empezó a fumar para poder olvidarme. Mi Roberta se fue, y ahora solo me queda un cigarro con sus labios marcados, acompañado de un cenicero.