miércoles, 25 de mayo de 2011

Me masturbé frente a tus libros.


Hice que su tapadura sintiera la suave pasión de mi lujuria.

Hice que cada una de sus letras escribieran mis pensamientos.

Hice que sus hojas transpiraran como las ramas de árbol que alguna vez fueron.

Hice que mi calor borrara cada huella de tus dedos puestos en el.

Hice que sus esquinas doblaran tal cual lo hacia mi cuerpo.

Y así llegué al final en la página 277.

....

Luego, en aquel limbo, y justamente como si leyera un pie de página, caí en cuenta, de que en realidad te amaba.

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