domingo, 4 de marzo de 2007

Entre lágrimas.


Nunca he observado mi rostro al llorar…tengo miedo de verlas. ¿Qué ocultarán esos reflejos de luz? ¿Dolor?, ¿Ira?, ¿Alegría?, ¿Pena?....Los espejos son engañosos. No muestran el verdadero mundo que hay detrás de ellos, solo reflejan mi verdadera realidad. Me forjan a distinguir los errores que hay en mí, por ese motivo no deseo reflejar mis lagrimas en el. Aquí sentado me doy cuenta que hace frió. Afuera todo el mundo finge una sonrisa, no quiero caminar entre mentiras. ¿Qué hago aquí?, debería estar mil metros bajo tierra. Yo no pude…no se que me sucedió. Están frías.

Se marcha de la casa, y ni si quiera me mira…creo que me odia. Aquella mecedora no deja de moverse. Ya no puedo dormir, ya no quiero dormir. Mis sueños se han vuelto demonios esclavizantes de mis emociones. El escucho….pero yo no quería. Se volvieron más imperturbables.

Mis ojos se ven olvidados y perdidos. Mi charco de lágrimas se ha vuelto un espejo, pero este no me miente, y no refleja mi realidad…refleja mi sufrimiento. Mis lamentos hechos lluvia arrastran mi piel hacia el frió. Veo un rostro...soy yo…soy su hijo…y los mate. Entre un sueño y un abrir de ojos…se fueron.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya anth...esta fraccion habla de una gran tristeza, me hace recordar a alguien, talves a mi..
me encanta como usas la primera persona..se oye muy espiritual y se puede sentir la tristeza del personaje aunq me parecia que iba a tener otro final, pero estuvo bueno

Anónimo dijo...

Te la volviste a comer mi cielo byo!! TE QUIERO FULL!!!

SiempreBuena dijo...

Supuestamente la risa es contagiosa. Si te ríes o ves a alguien reírse te dan ganas de reir automáticamente. Es cierto, a veces.
Creo que el llanto también es contagioso, por distintas razones...
Sí me he visto llorando, no en mis làgrimas, pero sí en un espejo. Me veo terrible, los ojos brotados, la nariz estrambótica, los dientes mas torcidos que de costumbre. En fin. Terrible, terrible. El punto es que me dan mas ganas de llorar, no tanto por lo miserable del cuadro, sino porque me molesta mi propio sufrimiento.
cuando me veo llorar pienso en porqué lo hago. Concluyo que soy una niña malcriada y que no tengo razones reales para llorar, cuando seguramente alguien con algo más que una crisis personal, lleva su vida con más entereza que yo. Pero me asalta el egoísmo. Mis problemas son míos y para mí son pesados y terribles. Punto. A seguir llorando.
Me gustó. ¿Qué quieres que te diga?
No soy crítica literaria.